Dos meses y medio después, la vuelta de aquel rombo que marcó la identidad del Deportivo puede ser una realidad. Así lo dicen las pruebas de Natxo González en Abegondo, que testeó un once tipo marcado por la baja de Pablo Marí. Estaría formado por Dani Giménez en la portería, Eneko Bóveda, Domingos Duarte, Michele Somma y Diego Caballo en la defensa; Pedro Mosquera, Didier Moreno, Vicente Gómez y Pedro Sánchez en el centro del campo y Quique y Carlos Fernández como pareja de delanteros.
El atacante sevillano sería ahora mismo la gran novedad del equipo titular que debe saltar al Carlos Tartiere el domingo a las seis de la tarde. El alicantino Pedro Sánchez ocuparía la mediapunta del rombo, por lo que Fede Cartabia partiría desde el banquillo, al igual que Borja Valle. Ambos se quedarían fuera de esta idea principal, que podría variar a medida que tengan lugar los entrenamientos de lo que queda de semana. El cambio al rombo sería la tercera variación de sistema de Natxo en poco más de dos meses.
Este esquema (formado por un mediocentro, dos interiores y un mediapunta) fue la seña de identidad de Natxo González en el Real Zaragoza. Fue inmediatamente implantada en su Deportivo. Durante la primera vuelta de competición este sistema conllevó un muy buen rendimiento como local, aunque no así fuera de casa, donde no plasmaba el dominio que sí lograba en Riazor. Poco a poco los rivales de los coruñeses fueron estudiando el rombo de Natxo hasta el punto de encontrar la forma de contrarrestarlo, así que ante el Albacete el técnico vitoriano decidió cambiar su idea principal a un sistema basado en un trivote en el centro del campo que escoltara a dos extremos y un delantero centro. Irónicamente, el técnico vitoriano ensaya su posible vuelta para afrontar un partido fuera de Riazor, donde peor rendimiento daba. En el momento de dejar el rombo, el Deportivo estaba cuarto clasificado a tres puntos del segundo. Ahora está quinto, a cinco del ansiado ascenso directo.
Baile de ideas
El sistema con trivote planteado ante el Albacete fue un éxito, aunque momentáneo. El Deportivo venció a los manchegos, al Sporting de Gijón y al Granada (estos dos últimos fuera de casa), pero la visita del Nàstic a Riazor provocó el comienzo de los problemas del equipo. Los de Natxo González empataron ante los catalanes (situados en puestos de descenso) y obviando los tres puntos derivados de la desaparición del Reus no volvieron a probar el sabor de la victoria: dos empates más ante Málaga y Alcorcón y una dura derrota en Riazor ante la Unión Deportiva Las Palmas.
Para procurar cambiar la dinámica, Natxo González probó un nuevo sistema formado por la presencia de dos delanteros, dos pivotes y dos jugadores de banda. Lo aplicó ante el Almería, pero el triunfo tampoco llegó y la imagen fue, si cabe, peor. Ahora se medita la vuelta del sistema que empezó la temporada y duró hasta hace nueve jornadas.
