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Deportivo y Real Zaragoza, las dos caras del descenso de 2013

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Deportivista, cada vez que piense en todas las veces que lo ha pasado mal por culpa de su equipo durante estos últimos años eche un vistazo a las trayectorias de los dos que le acompañaron a Segunda División en 2013. Uno de ellos, el Mallorca, con un año en Segunda B incluido. No ha llegado a tanto el Real Zaragoza, pero sus circunstancias de las últimas cinco temporadas y media son el ejemplo perfecto de lo que es una travesía futbolística por el desierto. No exenta de crueldad, problemas institucionales, serias apreturas económicas, ascensos que rozan botas y coqueteos con una visita al semiprofesionalismo que dispararía una bala letal a la supervivencia del club. No ha sido este el caso del Dépor, compañero de descenso de maños y baleares que volvió a la máxima categoría solo un año después de haberla abandonado. Cuatro de estancia después A Coruña vuelve a ser de Segunda, y para allanar el camino de su tercer regreso a Primera de la década debe viajar a La Romareda. El objetivo: vencer a la encarnación de lo que pudo ser y afortunadamente no fue.

El final de la actual Segunda completará una etapa de seis temporadas seguidas para el Real Zaragoza, uno de los clubes históricos del fútbol español, con una séptima asegurada siempre y cuando consiga mantenerse en ella. La primera ya fue difícil, a pesar de contar con la vitola de recién descendido. Su estrategia para volver a Primera se basó en el mantenimiento de algunas de las piezas no tan importantes del equipo que bajó de categoría, complementadas con cesiones de jugadores jóvenes que por entonces parecían prometedores: Sergio Cidoncha (Atlético) o el chileno Ángelo Henríquez (Manchester United). Roger Martí, del Levante, fue el único que logró hacer carrera en el fútbol profesional español.

También se contó con la experiencia de hombres con amplia trayectoria en Primera como Leo Franco o el ex espanyolista Luís García, y algún jugador de la cantera (Diego Rico, hoy en la Premier) se abrió paso en el primer equipo. Aquel Real Zaragoza entrenado por Paco Herrera primero y Víctor Muñoz después acabó 14º a solo cuatro puntos del descenso. La única buena noticia para la afición fue la marcha de Agapito Iglesias en julio de 2014, tildado como el principal responsable de la situación del club. Mientras, el Deportivo lograba el ascenso a Primera División después de haber sobrevivido a una de las mayores crisis de su historia en el verano anterior.

A las puertas de la gloria en el segundo año de pozo

La estrategia del Zaragoza viró tras el fracaso inicial, y la apuesta total por el talento joven (en su mayor parte cedido) marcó la temporada 14-15. El club empezó la temporada prácticamente sin nada, pero el mercado llevó a Aragón a jugadores hoy consolidados en el profesionalismo como Willian José, el exdeportivista Borja Bastón (que sumó 22 goles), Iñigo Ruiz de Galarreta, Leandro Cabrera, o el meta Bono. El canterano Diego Rico se mantuvo en el equipo, y se sumó un Jesús Vallejo de 18 años que inmediatamente se convirtió en titular indiscutible. Muy poco después, el Real Madrid se haría con sus servicios. La temporada no empezó excesivamente bien y se llevó por delante a Víctor Muñoz, pero la llegada de Ranko Popović al banquillo ofreció el aire fresco suficiente para ganarse un puesto en la promoción de ascenso. En la semifinal venció al Girona con una gran dosis de épica (remontó el 0-3 de la ida), e incluso cogió ventaja en el primer partido de la final con un 3-1 en el que anotó el hoy deportivista Pedro Sánchez, incorporado al club tras destacar en el Córdoba. Las Palmas, sin embargo, venció 2-0 en la vuelta y se ganó el ascenso. El Deportivo, por otro lado, firmaba su permanencia en Primera tras el agónico 2-2 del Camp Nou. Unos tanto y otros tan poco.

En 2015 el Deportivo aseguraba su permanencia en Primera y el Real Zaragoza perdía el ascenso en el último partido

El Real Zaragoza volvió a dar guerra un año después con hombres como el hoy getafense Ángel, Alfredo Ortuño o Manu Lanzarote, grandes jugadores para Segunda División, pero las capacidades económicas del club no le permitieron realizar ningún fichaje de renombre más allá de one season wonders de Primera como Freddy Hinestroza, que había aportado varias cosas en el Getafe. En Zaragoza no destacó. La dinámica de resultados del equipo fue similar a la de la temporada anterior: un mal comienzo que significó el despido de Popović y más aire fresco con Lluís Carreras en el banquilo. En la última jornada los maños dependieron de sí mismos para volver a participar en la promoción, pero un sonrojante 6-2 contra el descendido Llagostera acabó con cualquier opción. El curso 16-17 fue una nueva prueba de compromiso para la afición, que por lo menos comenzó ilusionada con los regresos de hombres importantes como Alberto Zapater o Cani, ya veteranos. La irrupción goleadora de Ángel, autor de 21 dianas, no evitó que el Zaragoza acabara la temporada a dos puntos del descenso y con tres técnicos distintos: Luis Milla, Raül Agné y César Láinez.

Una nueva dosis de crueldad

El ahora exdeportivista Natxo González fue el encargado del nuevo intento de ascenso en la temporada 17-18, pero -para variar- la primera vuelta de su Zaragoza no fue nada buena. Las necesidades del guion le ayudaron a contar con varios jugadores del segundo equipo, pero el resultado fue realmente bueno. Hombres que ya habían destacado anteriormente, como Jorge Pombo, se encontraron con la irrupción de otros como Dani Lasure, Julián Delmás y Raúl Guti. Las cesiones también volvieron a ser importantes. Borja Iglesias fue uno de los jugadores contratados bajo esas condiciones, y su impacto (22 goles) fue total. Además, el meta argentino Cristian Álvarez ayudó al delantero gallego a cumplir con la máxima que aconseja tener un buen portero y un buen goleador para triunfar.

Víctor Fernández, histórico del Real Zaragoza, es el undécimo técnico del club en seis temporadas de travesía en el desierto

La excelente segunda vuelta del Real Zaragoza, por fin convertido en un bloque, le valió para ser tercero y cruzarse en la semifinal de la promoción con el Numancia. Un gol en el último minuto de la eliminatoria de Pape Diamanka, uno de los fichajes fallidos del Zaragoza de 2015, plasmó la segunda muerte en la orilla. El senegalés no había hecho prácticamente nada en La Romareda durante su etapa como defensor de los colores del club aragonés. El Deportivo, por otro lado, descendía a Primera División y contaba con el propio Natxo González para intentar regresar a Primera. Los dos clubes que habían sufrido el mismo destino en 2013, con diferentes caminos desde entonces, firmaban su reencuentro.

Actualmente el Real Zaragoza vuelve a luchar de lleno por la permanencia en la categoría de la mano de Víctor Fernández, sucesor de Imanol Idiakez y Lucas Alcaraz. El mantenimiento de un bloque importante de los jugadores que llevaron al club a la promoción auguraba una temporada con posibilidades más que factibles, pero hombres como Álvaro Vázquez o Marc Gual no hicieron olvidar los goles de Borja Iglesias a pesar de la irrupción de nueva sangre joven (Pep Biel o Alberto Soro). El sábado a las 18h el Zaragoza se enfrentará en La Romareda a un Deportivo cuya trayectoria en los últimos seis años habría firmado cualquier aficionado maño.

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