El estreno de Luisito en el banquillo del Deportivo Fabril no ha dejado más que buenas noticias dentro de un equipo acostumbrado a los desastres esta temporada. El triunfo ante el Burgos (2-0) en Abegondo supuso una bocanada de aire fresco en la lucha por la permanencia, además del fin de una dolorosa racha de dos meses y dos días en los que encajó al menos un gol por jornada. Es tan solo la tercera vez que el Fabril consigue dejar la puerta a cero en lo que va de campaña. Y ese es el camino para el objetivo de Luisito: “No nos vale empatar, solo ganar, ganar, ganar”, explica.
Para encontrar el último partido del Fabril sin goles en contra hay que remontarse al 8 de diciembre del pasado 2018, cuando el equipo entonces comandado por Sergio Pellicer y protegido entre palos por el ex bético Pedro López visitó a Unionistas de Salamanca en un disputado encuentro que acabó sin goles y apenas ocasiones. No se le han dado mal al filial deportivista, de hecho, los equipos salmantinos: el otro partido con la portería a cero, también con Pedro López en el arco, enfrentó a los pupilos otrora de Tito Ramallo contra el Salamanca C.F. UDS (autodenominado sucesor de la histórica y desaparecida Unión Deportiva). Abegondo vio cómo el Fabril conseguía la que por entonces era su primera victoria del presente curso, y la única de Tito Ramallo durante su breve etapa al frente del filial.
Las numerosas faltas de concentración defensivas han sido una de las razones por las que el Deportivo Fabril se ha visto envuelto en la situación tan delicada en la que se encuentra actualmente, hasta el punto de que los rivales simplemente debían esperar a su gran fallo defensivo semanal para llevarse el partido. Una de las misiones de Luisito, como es convertir a un equipo frágil en un bloque, comienza viento en popa. Cierto es que tras solo un partido no se pueden sacar conclusiones categóricas, pero no hay duda de que la cosa empieza bien. Desde luego, el margen de error es mínimo y cualquier atisbo de esperanza es bien recibida en la Ciudad Deportiva, pero Luisito es optimista: “Los niños son bastante mejores de lo que dice la clasificación”.
